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Mostrando entradas de noviembre, 2004

Día 7. "Hace falta algo más que suerte para sobrevivir en Shangai". La dama de Shangai (Orson Welles, 1947)

Al verla, cualquiera diría que Elsa Bannister es un ángel. Pero en realidad es un demonio. O así es como la vio su creador. En realidad solo intenta abrirse camino. Y es difícil. Vivir entre tiburones siempre lo es. Por mucho que sepas nadar y guardar la ropa, en medio del océano la orilla queda lejos y ellos tienen los dientes afilados. La solución: afilar los suyos. Vivir como un hombre en un mundo de hombres, y aprovechar, al mismo tiempo, la ventaja de ser mujer. Vivir con violencia en un mundo violento. Sobrevivir aprovechando todas las armas, todas las oportunidades. Hasta que la suerte, y todo lo demás, se acaba.

Día 6. “Odio esta sociedad de medias tintas...” El Dragón Rojo (Brett Ratner, 2002)

Son las palabras de Hannibal, que continúa “... en cualquier otra época habrían acabado conmigo o se habrían aprovechado de mi ¿no cree?” No le gusta el compromiso a medias, ni la hipocresía, ni el temblor de manos ante la necesidad de tomar decisiones no muy populares. No, no le gustan esas cosas. Pero muchos dirían que Hannibal el Caníbal no es precisamente el ciudadano modelo ¿verdad?

Día 5. "Mil fuentes". La Terminal (Steven Spielberg, 2004)

Lo que regaló Napoleón a Josefina cuando conquistó Baviera. La luz descompuesta en colores infinitos, la música del agua, el inicio de la vida. O la vida misma. A veces algo tan sencillo como el arrullo del agua hace que despierten todos los sentidos. Biktor (¿se escribirá así?) porta una promesa en una lata de cacahuetes. Un sueño. El camino fue largo, la espera, aún más. Como la vida. Las cosas suceden así. A veces merece la pena esperar y disfrutar cada minuto, aunque sea en medio de la nada o, lo que es lo mismo, en medio de la multitud que no lee, que no ve, que anda su camino sin pensar en nada más.