Scarlett. Libro de Horas.

Cada momento de la vida que nos toca, tan única y tan breve, está plagada de sorpresas. Todo puede cambiar en un instante, con un cruce de miradas, de palabras, de gestos. El azar, la casualidad, abre a otros las puertas de nuestro mundo … y lo cambian para siempre. Benditos sean esos momentos que implican un pequeño milagro. No cerremos nunca los ojos, o podemos perdérnoslos. - Yo canto para que tú vienes - Y yo te oiré (Australia, dirigida por Baz Luhrmann en 2008)

Nuestra vida, una carrera de pequeños obstáculos –a los ojos de los otros- que a menudo nos parecen murallas inexpugnables. Y nos preguntamos una, y otra, y otra vez… y tantas veces: ¿llegaremos a la meta? ¿o caeremos en el intento?

No, los muertos no buscan nada, porque ya no están. Son los vivos los que permanecen, los que sienten. Son los vivos los que sufren, los que recuerdan. Los que han de entender que la vida está hecha de momentos, oportunidades únicas, que no volverán, que están por venir.

¿Quién es víctima?¿Quién verdugo? “Las víctimas del mal responden con el mal” (Cita mencionada en la película Red de Mentiras , dirigida por Ridley Scott en 2008)

“- A veces es como si Dios te mirara a los ojos, y puedes devolverle la mirada -Y entonces, ¿Qué ves? - Belleza ” (American Beauty, dirigida por Sam Mendes en 1999)

“ ¡Avanzad sin temor a la oscuridad! ¡Luchad, luchad jinetes de Theoden! ¡Caerán las lanzas, se quebrarán los escudos, pero aún restará la espada! ¡Rojo será el día hasta el nacer del sol! ¡Cabalgad, galopad, cabalgad hasta la desolación y el fin del mundo!...

Lo más valioso. Querer y sentirse querido. Lo único que merece la pena en este mundo tantas veces invadido por el egoísmo. Todo lo que no sean aquellos a quienes amamos y que nos aman, es la nada, polvo y aire.

“…¿O se sigue viendo como una oruga?” Es una afirmación válida también para el ser humano. Porque, aunque sea por un momento, la sensación de libertad muestra nuestra belleza en toda su plenitud. A pesar de los miedos, del vértigo…de asumir riesgos.

Brindemos por ella. Por esa etapa de nuestra existencia en que reina la confusión, los sentimientos que desbordan, los amores infinitos. No hay momento en que la vida sea más intensa. Brindemos por esa adolescencia que en realidad nunca nos abandona. Porque todos, en el fondo, somos eternos adolescentes. Porque todos, en el fondo, estamos expuestos a cuestionarnos en cualquier momento de nuestra vida.

En el corazón. Ahí quedan. Alimentan el alma de quien nos rodea, alimentan nuestra alma. No hay nada más hermoso que dar y recibir cariño. Es lo que hace maravilloso al ser humano.

La humildad debería, en cierto modo, ser connatural al ser humano, pero no parece ser así. A lo largo de su vida, el ser humano aprende que incluso sus propios sentimientos pueden destruirle. ¿Qué no podría hacer el mundo que le rodea, que es inmenso, infinito a su lado?

Hora de olvidar aquello que nos hizo lamentarnos, que nos arrancó lágrimas ya sin sentido. Hora de recordar lo más dulce, lo mejor que haya pasado en nuestra vida: aunque sea lo más escaso, es lo más valioso. Hora, en definitiva, de resumir los momentos que endulzarán una despedida necesaria. “ He aquí que veo a mi padre. He aquí que veo a mi madre, a mis hermanas y a mis hermanos. He aquí que veo el linaje de mi pueblo hasta sus principios. Y he aquí que me llaman. Me piden que ocupe mi lugar entre ellos, en los atrios del Valhalla, el lugar donde viven los valientes, para siempre ” (El Guerrero nº 13, dirigida por John McTiernan en 1999).

¡Qué gran desafío! Parecer indefenso, y en realidad, ser capaz de superar a cualquier amenaza. Así venimos al mundo, así resolvemos cada problema, así nos enfrentamos a la vida.

“... es que ames y seas correspondido ” (Moulin Rouge, dirigida por Baz Luhrmann en 2001).

¿Por qué no olvidar? ¿Quizás porque el aprendizaje también es fundamental en nuestra vida? Y entonces ¿por qué no logramos aprender?

La vida no ceja en su empeño de ponernos a prueba. Hemos de buscar en tantas ocasiones el camino correcto que parece un laberinto. Su solución nos habría de llevar a sentir cierta felicidad, a sentirnos bien con nuestros actos y decisiones. Y a veces cuesta mucho encontrar ese camino.

En ocasiones, la razón dice que todo está en contra, pero el corazón insiste, una y otra y otra y otra vez. Y, en ocasiones, caemos rendidos ante lo inevitable, aunque sepamos que puede hacernos daño, que puede destruirnos, que puede devorar lentamente nuestra alma. A partir de ese momento, la suerte está echada.

La vida nos alecciona desde niños. Nos enseña que el camino no será fácil, que tendremos que luchar por seguir adelante, que todo cuanto hacemos tiene consecuencias, y que incluso lo más bello que nos pueda ocurrir –como amar y ser correspondidos- puede causarnos el más profundo dolor. La materia es dura y difícil de aprender. Pero aún así la superamos, porque por muchos obstáculos que aparezcan hay una lección que no podemos olvidar: pase lo que pase, habremos de tener fuerza suficiente para salir adelante.

Palabras de aliento, de ternura, risas, caricias, besos, versos…nuestros tesoros, que acumulamos a lo largo de la vida. Cimentan nuestro valor y nos dan energía para avanzar sin temor hacia el crepúsculo.

El azar, incontrolable, imprevisible, determinante en nuestras vidas. Un hecho fortuito, inesperado, puede hacer que alguien se cruce en nuestro camino. Nunca lo habríamos sospechado, pero puede ser un alma gemela, un alter ego, la clave para entender que la vida merece la pena. Y ya nada vuelve a ser como antes. ¿Se divierte el Destino jugando con nosotros?

Tan segura en su mundo onírico, Blanche está perdida en el mundo real. La princesa se torna vagabunda, sus aposentos una habitación prestada, su belleza un rostro ajado, sus recuerdos una mentira. Sus fantasías le dan la vida, la realidad acaba con ella. Y todo porque no supo, no pudo admitir que este mundo no da treguas.

Y muchos de esos fantasmas se encuentran en nuestro interior. No debemos permitirnos, por tanto, ni un momento de debilidad o devorarán nuestra alma. Habremos de desterrar todo aquello que pueda mermar nuestras fuerzas, que pueda abrir brecha en nuestra muralla, que pueda traicionar a nuestro corazón, que pueda borrar nuestra sonrisa. Adiós desilusión, adiós desesperanza.

El amor, un capítulo más del juego de la vida. Quizás el más importante. El amor, que puede hacernos volar y tocar el cielo o hundirnos en el pozo más profundo, suele determinar las reglas de la siguiente partida. En su punto álgido puede hacer de nosotros el líder que aborde cualquier desafío; pero, si termina, si se aleja de nosotros, puede llevarnos a la más temible desesperación. Tenemos entonces todas las de perder. Ese será el momento de pensar: “¡despierta, Coraje!”

La vida no cesa de ponernos contra las cuerdas. Las circunstancias nos acorralan una y otra vez. Pasamos nuestro tiempo buscando salidas a cada nueva prueba. Y así el tiempo nos convierte en pequeños héroes con una misión: sobrevivir.

“ Amor mío, te sigo esperando, cuánto dura un día en la oscuridad. El fuego se ha apagado. Empiezo a sentir un frío espantoso, debería arrastrarme al exterior pero entonces me abrasaría el Sol. Temo malgastar la luz mirando las pinturas y escribiendo estas palabras. Morimos, morimos, morimos ricos en amantes y tribus y sabores que degustamos en cuerpos en los que nos sumergimos como si nadáramos en un río, miedos en los que nos escondimos como esta triste gruta. Quiero todas esas marcas en mi cuerpo, nosotros somos los países auténticos, no las fronteras trazadas en los mapas con nombres de hombres poderosos . Sé que vendrás y me llevarás al palacio de los vientos. Sólo eso he deseado, recorrer un lugar como ese contigo, con nuestros amigos, una tierra sin mapas. La lámpara se ha apagado... y estoy escribiendo a oscuras...” (El Paciente Inglés, dirigida por Anthony Minghella en 1996).

La bondad juega al escondite demasiado a menudo. Todos sabemos que un momento feliz ha de aprovecharse al máximo, porque tal vez no se repetirá. Aquí, en este mundo, en que el sufrimiento es lo habitual, necesitamos motivos para creer. Se hacen necesarios los héroes, líderes que nos ayuden a superar nuestros miedos…clavos ardiendo a los que agarrarnos. “ Me hicieron para proteger, no para amar. No sé hacer otra cosa ”. (El Quinto Elemento, dirigida por Nicolas Coquard en 1998)

Es lo que nos permite ver cuando parece que no hay luz, lo que muchas veces nos muestra el camino que creímos que nunca encontraríamos. Si se desvanece parece que ya no quede nada. Mejor será que no la perdamos nunca, aunque a veces pueda implicar una mentira. " La Esperanza. La quintaesencia del engaño humano. Que es al tiempo la fuente de vuestro mayor poder y vuestra mayor debilidad " (Matrix Revolutions)

Llegó la oportunidad de reparar todos los errores cometidos dando la vida por quien, en lugar de convertirse en alguien tan deleznable como él, puede cambiar. Es la redención que esperaba. El sacrificio es grande, la recompensa también. - Maté a un niño pequeño - Entonces salva al siguiente ( Escondidos en Brujas , dirigida por Martin McDonagh en 2008)

“ Querido Dios, conviérteme en pájaro para que pueda volar muy muy lejos de aquí ” (Forrest Gump, dirigida por Robert Zemeckis, 1994). ¿Y si nacer con todos los dones no fuera suficiente? Con inteligencia, belleza, capacidad de empatía, de trabajo, de decisión... ¿Y si todo se echara a perder porque quien te rodea, con su forma de actuar, destruyera tu infancia y con ello tu futuro? Todos esos dones se quedarían en la nada. Se perderían, y tu, que entenderías que la situación es desesperada, te preguntarías como huir. La desolación podría hacer presa de ti. Te preguntarías si merece la pena seguir adelante o si ya nada tiene sentido. “ No sé si cada uno tiene su propio destino o si estamos flotando como por casualidad ” (Forrest Gump; Robert Zemeckis, 1994).

Ojalá vivas la más bella de las historias. Ojalá puedas sentir el amor en toda su intensidad, y sentirte correspondido, aunque sea una ficción. Poco importa, si tú así lo sientes. Ojalá la vida te regale ese momento, porque cuando todo acabe, cuando tengas que confirmarte a ti mismo, como Romeo, que eres un “ triste juguete de la Suerte ”, en definitiva, cuando llegue el infierno, podrás recordar que viviste algo tan hermoso. “ Ojalá pases media hora en el cielo antes que el Diablo sepa que has muerto ” (Sidney Lumet, 2007).

La verdad a veces se hace demasiado insoportable. Nuestra mente empieza entonces a funcionar y abre nuevas puertas. Entonces entra en juego nuestra imaginación, pero hemos de tener cuidado, porque puede llegar un momento en que no sepamos qué es cierto y qué no lo es. " Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. De esta forma, el hombre se hace inmortal " (Big Fish, dirigida por Tim Burton en 2003).

Y por eso nos armamos de valor, lo que nos permite avanzar sin que el miedo pueda impedirlo. Admirables son, en mi opinión, quienes aplican esa norma aún cuando tienen algo que perder. “ Le enseñaron a no retirarse jamás, a no rendirse jamás, a que morir en el campo de batalla, al servicio de Esparta, era la mayor gloria que podía alcanzar en vida ”. (300, dirigida por Zack Snyder en 2006).

“ Veo en vuestra mirada el miedo que encogería mi corazón. Pudiera llegar el día en el que el valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad. ¡Pero hoy no es ese día! En que una horda de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la Edad de los Hombres. ¡Pero hoy no es ese día! ¡En este día lucharemos! ¡Por todo aquello que vuestro corazón ama de esta buena tierra, os llamo a luchar!” El Señor de los Anillos. El retorno del Rey (Peter Jackson, 2003)

La vida a veces nos hace asomarnos al precipicio. Es el momento de recordar estas palabras, grabarlas a fuego en nuestro corazón. Siempre hay algo que nos podrá indicar el camino. “ La esperanza es algo bueno, y las cosas buenas no mueren ” (Cadena Perpetua, dirigida por Frank Darabont, 1994)

“ Es difícil estar enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la viera toda a la vez y es demasiado. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar... Y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida... No tienes idea de lo que estoy hablando. Pero no te preocupes... algún día la tendrás ." (Lester Burham en 'American Beauty')

Aquiles. - " Mañana seguirás siendo mi enemigo ." Príamo. -" Tu sigues siendo mi enemigo esta noche. Pero incluso los enemigos pueden respetarse .” No hacen falta más palabras...

¿Y si el único modo de sobrevivir a la verdad es vivir en una inmensa mentira? ¿Olvidar, segundo a segundo, todo lo que ocurra? ¿Y si la clave de la felicidad consiste en disfrutar cada momento como si fuera único? Y evitar así la nostalgia, aunque formen parte de ella las ilusiones y los sueños: “ Podría quemar toneladas de tus cosas y no lo recordaría. No recuerdo haberte olvidado ”. (Memento).

El amor se presenta en el momento más inesperado. De improviso. Inevitable. Imposible de eludir. Sólo pueden dejarse llevar, nadar en el sentido de la corriente. E intentar sobrevivir. “ Y grito a Dios: mi amor, mi vida, mi tesoro, mi amor. Mi corazón no os dejará ni un segundo, porque soy, Y también seré, en el otro mundo, quien os amó desmesuradamente ”. (Cyrano de Bergerac, dirigida por Jean-Paul Rappeneau, 1990)

Un momento. Un único instante basta para cambiar la vida de una persona. Puede convertirse en una oportunidad o en una puerta hacia el abismo. En alguna ocasión de nuestra vida todos nos encontramos ante ese momento. Y entonces el destino juega con nosotros, con mayor o menor fortuna. Dependemos de nosotros mismos (y nos podemos equivocar) o, lo que es peor: de otros, de sus prejuicios, de su buena o su mala fe, de la imagen que tiene de nosotros. Estamos vendidos. “ A veces la gente necesita que la perdonen. Y eso es lo más duro. Que podemos perdonar. ” (Magnolia, dirigida por Paul Thomas Anderson, 1999)

El miedo, inevitable, no es excusa para no luchar contra los monstruos, sean fruto de nuestra imaginación o reales. El miedo no ha de impedirnos mirar a sus ojos mientras se acercan. El miedo no ha de impedirnos reaccionar. El miedo no ha de anularnos. O sucumbiremos, y entonces todo estará perdido. O quizás, según en qué situaciones, hasta los más valientes se sienten perdidos. "¡ Malditas sean todas las guerras !". El Planeta de los Simios (Franklin J. Schaffner, 1968)

¿Y si no llegara? ¿Y si esto fuera todo? Toda una vida esperando, y al final, nada. ¡Tenemos tan poco tiempo! ¿Está escrito nuestro destino? ¿Llegará solo? ¿O hemos de ir a buscarlo? Mejor lo último. Por si acaso.

" A veces me canso de luchar solo; entonces me siento pequeño, y tengo un poco de miedo ” (Kirikú y la Bruja) Cuando parezca que los acontecimientos nos desbordan, cuando nos sintamos indefensos. No podemos permitirnos sucumbir. “ Mientras viva seré el rey del mundo, no un esclavo ”. El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989).

Nos resistimos a cambiar porque tememos lo desconocido. Volver a empezar, iniciar una nueva etapa de la vida es duro y arriesgado, pero a veces necesario si queremos conocer un poco más de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. ¿Hemos de temer a la muerte? ¿O todo aquello que no hemos vivido en el poco tiempo que se nos ha dado? “ Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes ”. La Guerra de las Galaxias (George Lucas, 1977)

"...Lo siento en el agua. Lo siento en la tierra. Lo huelo en el aire. Mucho se perdió entonces, pero nadie vive ahora para recordarlo. Todo comenzó con la forja de los Grandes Anillos. Tres fueron entregados a los elfos, inmortales, los más sabios y honrados de todos los seres. Siete a los señores enanos, grandes mineros y artesanos de las cavidades montañosas. Y Nueve. Nueve fueron entregados a la raza de los hombres. Que ansían por encima de todo el poder. En aquellos anillos residía el poder y la voluntad para gobernar a cada raza. Pero todos ellos fueron engañados. Pues otro anillo más fue forjado. En la tierra de Mordor, en los fuegos del Monte del Destino, el señor oscuro Sauron forjó en secreto el Anillo Regente para controlar a todos los demás. En ese anillo descargó toda su crueldad, su malicia y su voluntad de dominar todo tipo de vida."

Maggie cambia de vida de la noche a la mañana, de la mañana a la noche. De abuela respetable a “puta aficionada”, a “viuda meneadora”. Maggie guarda su orgullo en una maleta ajada. La misma que le ayuda a llevar, en parte, su personalidad al lugar más sórdido. Maggie trabaja en un prostíbulo, y lo hace por amor. Elige salvar, por encima de todo, a su nieto, y con su decisión se salva a sí misma de una vida absurda, hipócrita, incoherente en tantos aspectos... Su decisión, la única que ve posible, es demasiado importante, tan hermosa que incluso allí, en la habitación impersonal en la que se convierte en Irina Palm, es símbolo de dignidad y belleza.

Hasta el ser más solitario necesita alguna vez la compañía de alguien, su calor, su dulzura. Y desde ese momento se convierte en una necesidad. La soledad, que antes era su estado natural, se hace insoportable. Y eso acaba con cualquiera.