Día 37. “Daríamos la vida por nuestros hijos”. Irina Palm (Sam Garbarski, 2007)

Maggie cambia de vida de la noche a la mañana, de la mañana a la noche. De abuela respetable a “puta aficionada”, a “viuda meneadora”. Maggie guarda su orgullo en una maleta ajada. La misma que le ayuda a llevar, en parte, su personalidad al lugar más sórdido. Maggie trabaja en un prostíbulo, y lo hace por amor.

Elige salvar, por encima de todo, a su nieto, y con su decisión se salva a sí misma de una vida absurda, hipócrita, incoherente en tantos aspectos... Su decisión, la única que ve posible, es demasiado importante, tan hermosa que incluso allí, en la habitación impersonal en la que se convierte en Irina Palm, es símbolo de dignidad y belleza.

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